¿Eres tonto y estás frustrado porque quieres pasar por listo? ¿Te gustaría mandar y no sirves ni para Presidente de tu comunidad de vecinos? ¿Crees que no se reconocen tus méritos como superhéroe de la democracia y todos se cachondean de ti a tus espaldas? No te desanimes.
Aunque te parezca increíble, hay gente mucho más imbécil que tú que ha conseguido sus objetivos sin esfuerzo. Sólo necesitas un planteamiento original de tus prioridades y un poco de morro.
Por ejemplo, está demostrado que para conseguir un chalet de lujo custodiado 24 horas por la Guardia Civil, el mejor método es empezar convocando una multitudinaria acampada de perroflautas en la Puerta del Sol.
Si, en cambio, lo que te gustaría es pasar unas vacaciones en Madrid con todos los gastos pagados y con el aplauso entusiasta de todos los papanatas del lugar, no hay nada como un histérico discurso en la ONU con profusión de pucheros, muecas y gritos. El tema es lo de menos. Lo principal es hacer que el televidente de a pie se sienta culpable de todos los males del planeta. Al final, podrás exigir hasta el medio de transporte más extravagante que se te ocurra y a nadie le parecerá una gilipollez.
Si eres un progre medio lelo que, por azares de la vida, has terminado como Presidente interino y quieres agradar a tus votantes rogelios no te compliques con enojosas mejoras sociales que nadie valorará. Desentierra a un estadista y vende la profanación de su tumba como algo supermoderno y tolerante. Te aplaudirán con las orejas y no rechistarán cuando les subas la factura de la luz.
Si tu sueño es ser Presidente de Gobierno y no te importa el precio a pagar para conseguirlo, no te cortes y pacta con todos los hijos de puta enemigos de España. En el Congreso hay un variado surtido de ellos dispuestos a mostrar su hijoputez por un módico precio.
Con estos sencillos trucos, un poco de paciencia, unas tragaderas a escala vaticana, algunos millones de euros y unas cuantas cadenas de televisión, el conseguir tus sueños será un juego de niños. Ánimo.