sábado, 12 de octubre de 2019

El HONOR NO SE DIVISA


Con la Guardia Civil pasa como con la iglesia: A veces, se encuentra gente excepcional en una institución siniestra y podrida. 
En una clerigalla infestada de bergoglios, osoros, obispos indecentes, monjas separatistas y demás fauna, a veces -muy pocas- destacan, como albinos en una convención de manteros,  hombres honestos y valientes como el Padre Cantera.  
De igual forma, en la Meretérica -Chiquito dixit- unos pocos ejemplos de valor y patriotismo como los de los guardias civiles caídos luchando contra el separatismo, o de hombres de una pieza como el Teniente Coronel Tejero -uno de los pocos que siempre creyeron que por encima de la disciplina está el Honor- salvan el buen nombre de un instituto armado con más sombras que luces en nuestra Historia.
Muy poca gente sabe que, en la Guerra Civil, fueron mucho más numerosos los miembros de la Guardia de Asalto que se unieron al Alzamiento que los de la Guardia Civil  
 Franco disolvió la Guardia de Asalto y conservó la Guardia Civil. Posiblemente, en su decisión pesaron acontecimientos como la participación de guardias de asalto en el asesinato de Calvo Sotelo o la heroica defensa del Santuario de la Virgen de la Cabeza por parte del Capitán Cortés y sus guardias civiles.
Hoy, 12 de Octubre, la Guardia Civil ha impedido violentamente el acceso a un templo católico a los fieles que querían asistir a una misa. 
Los picoletos que ha destacado Sánchez el Profanador en la Basílica del Valle de los Caídos ponen más empeño en reprimir a unos españoles que quieren llevar unas flores a la tumba de un soldado que en combatir a la chusma de los lazos amarillos que les escupe en Cataluña o en parar a la marabunta de negros-apadrinada por Soros- que viola la frontera con Marruecos.
Hoy, en el Desfile, habrá quien les aplauda.