lunes, 27 de julio de 2020

EL GLOBALISMO AL ALCANCE DE TODOS.


Manual de instrucciones en cómodas fases para la implantación del Nuevo Orden Mundial.

¿Es usted un multillonario progre que sueña con un Gobierno Mundial formado por banqueros y está desesperado porque la cosa no acaba de cuajar? 
¿Pertenece a algún colectivo innombrable o pueblo elegido y está harto de provocar guerras que no dan los resultados esperados?
¿Sus opensocietys no corrompen a la juventud al ritmo que usted esperaba?

¿Fabrica usted chips subcutáneos y está cansado de esperar a que algún Gobierno decrete la implantación obligatoria de los mismos?
No se agobie. Con estas sencillas instrucciones estructuradas en fases sus problemas tienen los días contados. Por fin un método que funciona.
Le presentamos la solución definitiva para el triunfo del Globalismo.   

FASE 1.- Implantación del terror.

  El miedo es la palanca ideal para mover el mundo.  Esta herramienta, inteligentemente utilizada, da unos resultados asombrosos. El miedo a perder el empleo hace que la gente esté dispuesta a aceptar condiciones de trabajo miserables. El miedo a perder la casa hace posibles los abusos bancarios más rapaces. Esto ya lo saben todos los banqueros, usureros y explotadores (liberales en lo económico, ya saben) que tan amablemente contribuyen a que el mundo sea un sitio cada vez más nauseabundo. 
Hoy les ofrecemos en exclusiva el miedo definitivo: el miedo a la enfermedad y la muerte. Con tal de conservar la salud o de creer que la conservan, sus poblaciones-objetivo estarán dispuestas a toda clase de renuncias y sometimientos. Se arruinarán países, la gente permanecerá recluida en su casa, perderá su trabajo,  y encima ¡aplaudirá! ¿No es fantástico? Y lo mejor de todo es que, cuánto más se arruine, mejor le recibirá a usted como su salvador cuando le ofrezca préstamos y ayudas que los endeudarán de por vida.
 El evento debe ser lo suficientemente trágico y aterrador como para provocar el pánico y la desolación adecuados. Debe quedar claro que no es una falsa alarma como el calentamiento global o los distintos inventos de la OMS para vender vacunas. Esta vez tiene que ir en serio la cosa. Una pandemia es la alternativa que mejor funciona.
Y no olvide que contará usted, de forma completamente gratuita, con un eficaz cuerpo de policía ¡la propia población objeto del experimento! La gente espiará gustosamente a sus vecinos y paisanos sin que usted tenga que invertir un sólo dólar en fuerzas represivas. No debe preocuparle que el colapso de hospitales o los miles de víctimas por desatención médica pongan en peligro a sus gobiernos títeres. Unos pocos millones de euros repartidos entre periodistas obedientes convertirán la tragedia en una verdadera fiesta. 

FASE 2. Explotación del éxito.

Ahora que tiene usted a su población-objetivo amordazada y debidamente sometida sería estúpido dejar que volviesen a su anterior situación ¿verdad? Mantenerlos acojonados es más sencillo de lo que parece. No es necesario que vuelva usted a masacrar a su población-objetivo con las molestias que ello supone. Basta con que les alarme debidamente con la posibilidad de "rebrotes" No es necesario siquiera que sean reales ni que haya nuevos enfermos. Basta con que den positivo en los tests. Al fin y al cabo, los tests son una puta mierda. Nadie le afeará que no haya hecho tests masivos para contener la enfermedad. Los positivos, falsos o no, son una eficaz herramienta para recluir selectivamente a posibles disidentes. No desaproveche su oportunidad de encerrar en centros controlados por usted a esos incómodos elementos que siempre dan la lata oponiéndose al Gobierno Mundial. 

FASE 3.- Remate y recochineo.-

Esta es la parte más divertida del proceso. Ahora que tiene a la población vigilándose mutuamente y en perpetua tensión por el miedo a enfermar, a las economías nacionales quebradas y a merced de la Usura internacional y a los periodistas encantados de que la gente vuelva a hacer caso a sus mentirosos telediarios gracias a la pandemia, es el momento de darles el matarile definitivo a esas molestas soberanías nacionales que siempre han sido un obstáculo a la esclavización financiera del planeta. 
Con la debida desinformación sabiamente administrada por esas agencias de prensa de las que es usted dueño, será la propia población-objetivo la que pida una autoridad sanitaria internacional para que actúe en futuras crisis. Sólo tiene usted que renombrar el holding de sus empresas farmaceúticas con algún nombre que sugiera solidaridad internacional y buen rollo. Esto es algo que ya hemos hecho otras veces ¿verdad?
Y quien dice una autoridad sanitaria mundial, dice un Ejército globalista, unas leyes dictadas por banqueros o una libre circulación de bienes y personas para conseguir por fin, mediante el mestizaje y el multiculturalismo, la extinción de esa incordiante raza blanca y sus incómodas conquistas sociales y logros culturales.  El sueño de todo liberal: Un Gobierno Mundial, multicultural y usurero. Maravilloso ¿no es cierto? Ahora está a su alcance, créame.

A partir de ahora, podrá usted hacer con su población-objetivo lo que se le ponga en la punta de los mercados. Podrá, por ejemplo, para un control más cómodo y eficaz de sus siervos, suprimir el papel-moneda y que todo el mundo esté controlado electrónicamente. Así podrá saber en todo momento donde están sus reses y en qué gastan su dinero ¿No es magnífico? También podrá desconectar a elementos indeseables que se resistan al signo de los tiempos sólo con un clic. 
No lo piense más y apúntese al Método Pandemia. El futuro ya está aquí y es la mierda tiránica que Ud. siempre soñó.

J.L. Antonaya