Personajes:
POLICÍA.
POLÍTICO
BANDA DE APLAUDIDORES
CARETA DE MÉDICO
CARETA DE SIMONCITO.
LA FAMILIA DE JUAN
ESPAÑOL.
ACTO
PRIMERO.
Se levanta el telón.
En el escenario hay un pequeño teatro de
títeres decorado con dibujos infantiles. Frente al teatrillo hay varias sillas ocupadas
por la familia de Juan Español y por la banda de los Aplaudidores. Todos
aguardan a que comience el espectáculo. De pie frente a ellos, vestido como el
jefe de pista de un antiguo circo, está el Político. Junto a él, con un casco
antidisturbios puesto y ejerciendo de guardaespaldas, el Policía mira con
desprecio y altanería a la familia de Juan Español. El Político, por el contrario,
exhibe una gran sonrisa hipócrita y se dirige de forma zalamera al auditorio.
POLÍTICO.- ¡Votantes y votantas!, ¡Niños,
niñas y niñes! ¡Ciudadanos democráticos, todos! Prestad mucha atención. Vais a
escuchar al Gran Simoncito, el Payaso Sabio. Nadie sabe de dónde ha venido.
Nadie sabe adónde va. Pero todos los medios payasescos del mundo le consideran
un experto mundial ¿En qué? Ahora veréis. Me ha dicho un murcielaguito chino
que el Payaso Sabio os tiene preparada una gran sorpresa.
Aplausos.
El Político se mete tras el
escenario de títeres. Se pone una careta grotesca. El Político es ahora Simoncito,
un personaje repulsivo, con el pelo sucio y cara de alucinado que, sin embargo,
es recibido con grandes aplausos por la banda de los Aplaudidores. La familia
de Juan Español, contagiada por el entusiasmo, aplaude también.
SIMONCITO.- ¿Cómo están ustedeeees?
CORO DE APLAUDIDORES.-
¡Bieeeeen!
SIMONCITO .- Eso os creéis
vosotros.
Risas en los Aplaudidores.
Sorpresa en la familia de Juan Español.
SIMONCITO.- A ver, que
nadie se asuste. Es cierto que hay una epidemia de peste que está haciendo
estragos en países menos modernos que el nuestro. Pero no hay que alarmarse. Las
medidas de los países menos modernos son exageradas y fascistas. No tenéis que
preocuparos. El Gobierno, que como sabéis es sabio y honrado, no va a seguir el
ejemplo heteropatriarcal de estos países alarmistas y no va a hacer nada,
repito, nada absolutamente, que pueda perturbar el Gran Desfile del Odio
Hembrista que se celebrará la semana próxima. Podéis estar tranquilos. ¡Habrá
diversión hembrista para todos y todas!
Grandes ovaciones de los
Aplaudidores. Aplausos tímidos y confusos por parte de la familia de Juan Español.
Caen serpentinas y
confeti. Suena música de fondo. La canción “Resistiré” del Dúo Dinamico da
paso a la popular “Vamos a contar mentiras”. Los Aplaudidores alborotan, ríen e
invitan a bailar a los hijos de Juan Español. El Político sale de detrás del
teatrillo de títeres y se une a la fiesta. El Policía reparte mascarillas de
colores.
Final del Primer Acto.
ACTO
SEGUNDO
Sala de espera de un
hospital. En lugar de sillas, hay ataúdes. Al fondo, amontonados, hay más
ataúdes.
Juan Español y uno de sus
hijos están sentados en uno de ellos.
Aparece el Político. Juan
Español se pone respetuosamente en pie. El Político lleva en la mano la careta
de Simoncito, pero cubre su cara con una máscara de cirujano. Le escolta, más
amenazador que nunca, el Policía.
POLÍTICO.- ¿Pero todavía
están ustedes aquí? Ya les ha dicho la enfermera que no hay posibilidad de
atender a su esposa. Lo sentimos mucho, pero reconozcan que ya está un poco
mayor y sería un despilfarro. Sean ustedes solidarios, por favor. La única cama
que quedaba libre es para un ciudadano afroamericano subsahariano de color que
es mucho más joven y barato de mantener. Espero que lo comprendan. A ver si
ahora va a resultar que, además de insolidarios, son ustedes racistas.
JUAN ESPAÑOL.- Usted
perdone. No. Si comprenderlo lo comprendemos, pero es que como nos habían dicho
que la peste era como un catarro sin importancia, pues nosotros pensábamos que,
a lo mejor…
POLÍTICO.- Es que ustedes
no tienen que pensar. Para eso estamos los legítimos depositarios de la
voluntad popular. Ustedes, con obedecer y cotizar, ya van que chutan. Y no me
entretengan más, que tengo que preparar otro monólogo de Simoncito y todavía no
sé qué voy a contar hoy. Venga, a casa.
JUAN ESPAÑOL.- Pero mi
mujer…
POLÍTICO.- No se
preocupe, buen hombre. En cuanto podamos les enviaremos las cenizas. Usted
tranquilo.
Juan Español y su hijo
hacen mutis.
Al fondo cuchichean los aplaudidores.
Cuando Juan Español y su hijo se marchan podemos oír su conversación.
APLAUDIDOR 1.- Hay que
ver cómo es la gente. En lugar de participar con alegría en el confinamiento,
siguen viniendo a incordiar con sus gilipolleces. Normal que se colapsen los
hospitales. Luego criticarán que a la Vicepresidenta se le haya tenido que
reservar una planta entera en un hospital privado. Si no dejan sitio en los
públicos pues a algún sitio habrá que llevarla ¿no?
APLAUDIDOR 2.- Ya te
digo. Mucha envidia es lo que hay. Estos
fascistas insolidarios se piensan que la Guardia Civil está para proteger sus
miserables vidas y haciendas en lugar de para velar por la tranquilidad de las
siestas del Vicepresidente y sus novias. No hay cultura democrática.
APLAUDIDOR 1.- Una pena. Bueno,
te dejo que ya llego tarde para el Aplauso Solidario de las ocho.
Final del Segundo Acto.
Sala con aspecto de dependencia
administrativa. En la pared hay grandes retratos del Político y de Simoncito.
Tras una mesa de oficina
está el Policía. A la derecha del escenario hay una puerta.
POLICÍA.- ¡A ver! ¡El
siguiente!
Por la puerta de la
derecha entra un Aplaudidor.
POLICÍA.- ¿Y usted que
quería?
APLAUDIDOR.- Hombre, pues
la Paguita Universal ésa.
POLICÍA.- ¿Ha tenido que
cerrar usted su negocio?
APLAUDIDOR.- No, yo no
tenía negocio realmente, pero…
POLICÍA.- ¿Ha perdido
usted su trabajo?
APLAUDIDOR.- ¿Por quién
me toma? Yo no he trabajado en mi vida. Soy liberado sindical.
POLICÍA.- Usted perdone.
Pues no sé. ¿Le gustan a usted los señores más que las señoras? ¿Su religión le
prohíbe comer cerdo? Estoy intentando ayudarle, pero si no me aporta más datos…
APLAUDIDOR.- Le juro por
Alá que me tiene usted deslumbrado con esos ojazos, piratón.
POLICÍA.- Perfecto. Rellene usted este formulario y
entréguelo en la ventanilla color arcoiris. Por cierto (guiñando un ojo), el
número del dorso es mi móvil. (Elevando el tono)¡El siguiente!
Hace mutis el Aplaudidor
y entra Juan Español.
JUAN ESPAÑOL.- Con permiso.
Es que me ha llegado esta multa y no sé por qué.
POLICÍA.- Traiga a ver (Coge
el papel y lo lee) Vaya. Otro inconsciente. ¿Que no sabe por qué? Pues
porque parece que a usted se la suda la obligación de llevar mascarilla. Cuando
haya un rebrote le querrán echar la culpa al Gobierno ¿A que sí? Joder, qué
tropa.
JUAN ESPAÑOL.- Pe…pero si
llevo sin salir de casa en el último mes.
POLICÍA.- Claro. Qué
listo. Como no me ven, no cumplo con la ley. Hay que joderse. Menos mal que un
ciudadano responsable lo estaba observando con sus prismáticos mientras usted
se duchaba sin llevar puesta la mascarilla. Mire, por esta vez lo vamos a dejar
en una multa. Pero como siga sin obedecer los preceptos de la Nueva Normalidad,
le va a caer un confinamiento preventivo a usted y a su familia que se van a
cagar. Venga, circule y vaya a pagar la multa. El siguiente.
TELÓN.
J.L. Antonaya