martes, 21 de julio de 2020

LA PESTE ES NUESTRA AMIGA. Mojiganga dramática en tres actos.



Personajes:

POLICÍA.
POLÍTICO
BANDA DE APLAUDIDORES
CARETA DE MÉDICO
CARETA DE SIMONCITO.
LA FAMILIA DE JUAN ESPAÑOL.



ACTO PRIMERO.
Se levanta el telón.
 En el escenario hay un pequeño teatro de títeres decorado con dibujos infantiles. Frente al teatrillo hay varias sillas ocupadas por la familia de Juan Español y por la banda de los Aplaudidores. Todos aguardan a que comience el espectáculo. De pie frente a ellos, vestido como el jefe de pista de un antiguo circo, está el Político. Junto a él, con un casco antidisturbios puesto y ejerciendo de guardaespaldas, el Policía mira con desprecio y altanería a la familia de Juan Español. El Político, por el contrario, exhibe una gran sonrisa hipócrita y se dirige de forma zalamera al auditorio.

 POLÍTICO.- ¡Votantes y votantas!, ¡Niños, niñas y niñes! ¡Ciudadanos democráticos, todos! Prestad mucha atención. Vais a escuchar al Gran Simoncito, el Payaso Sabio. Nadie sabe de dónde ha venido. Nadie sabe adónde va. Pero todos los medios payasescos del mundo le consideran un experto mundial ¿En qué? Ahora veréis. Me ha dicho un murcielaguito chino que el Payaso Sabio os tiene preparada una gran sorpresa.

Aplausos.
El Político se mete tras el escenario de títeres. Se pone una careta grotesca. El Político es ahora Simoncito, un personaje repulsivo, con el pelo sucio y cara de alucinado que, sin embargo, es recibido con grandes aplausos por la banda de los Aplaudidores. La familia de Juan Español, contagiada por el entusiasmo, aplaude también.

SIMONCITO.-     ¿Cómo están ustedeeees?
CORO DE APLAUDIDORES.- ¡Bieeeeen!
SIMONCITO .- Eso os creéis vosotros.

Risas en los Aplaudidores. Sorpresa en la familia de Juan Español.

SIMONCITO.- A ver, que nadie se asuste. Es cierto que hay una epidemia de peste que está haciendo estragos en países menos modernos que el nuestro. Pero no hay que alarmarse. Las medidas de los países menos modernos son exageradas y fascistas. No tenéis que preocuparos. El Gobierno, que como sabéis es sabio y honrado, no va a seguir el ejemplo heteropatriarcal de estos países alarmistas y no va a hacer nada, repito, nada absolutamente, que pueda perturbar el Gran Desfile del Odio Hembrista que se celebrará la semana próxima. Podéis estar tranquilos. ¡Habrá diversión hembrista para todos y todas!

Grandes ovaciones de los Aplaudidores. Aplausos tímidos y confusos por parte de la familia de Juan Español.
Caen serpentinas y confeti. Suena música de fondo. La canción “Resistiré” del Dúo Dinamico da paso a la popular “Vamos a contar mentiras”. Los Aplaudidores alborotan, ríen e invitan a bailar a los hijos de Juan Español. El Político sale de detrás del teatrillo de títeres y se une a la fiesta. El Policía reparte mascarillas de colores.

Final del Primer Acto.



ACTO SEGUNDO

Sala de espera de un hospital. En lugar de sillas, hay ataúdes. Al fondo, amontonados, hay más ataúdes.
Juan Español y uno de sus hijos están sentados en uno de ellos.
Aparece el Político. Juan Español se pone respetuosamente en pie. El Político lleva en la mano la careta de Simoncito, pero cubre su cara con una máscara de cirujano. Le escolta, más amenazador que nunca, el Policía.

POLÍTICO.- ¿Pero todavía están ustedes aquí? Ya les ha dicho la enfermera que no hay posibilidad de atender a su esposa. Lo sentimos mucho, pero reconozcan que ya está un poco mayor y sería un despilfarro. Sean ustedes solidarios, por favor. La única cama que quedaba libre es para un ciudadano afroamericano subsahariano de color que es mucho más joven y barato de mantener. Espero que lo comprendan. A ver si ahora va a resultar que, además de insolidarios, son ustedes racistas.
JUAN ESPAÑOL.- Usted perdone. No. Si comprenderlo lo comprendemos, pero es que como nos habían dicho que la peste era como un catarro sin importancia, pues nosotros pensábamos que, a lo mejor…
POLÍTICO.- Es que ustedes no tienen que pensar. Para eso estamos los legítimos depositarios de la voluntad popular. Ustedes, con obedecer y cotizar, ya van que chutan. Y no me entretengan más, que tengo que preparar otro monólogo de Simoncito y todavía no sé qué voy a contar hoy. Venga, a casa.
JUAN ESPAÑOL.- Pero mi mujer…
POLÍTICO.- No se preocupe, buen hombre. En cuanto podamos les enviaremos las cenizas. Usted tranquilo.

Juan Español y su hijo hacen mutis.
Al fondo cuchichean los aplaudidores. Cuando Juan Español y su hijo se marchan podemos oír su conversación.

APLAUDIDOR 1.- Hay que ver cómo es la gente. En lugar de participar con alegría en el confinamiento, siguen viniendo a incordiar con sus gilipolleces. Normal que se colapsen los hospitales. Luego criticarán que a la Vicepresidenta se le haya tenido que reservar una planta entera en un hospital privado. Si no dejan sitio en los públicos pues a algún sitio habrá que llevarla ¿no?
APLAUDIDOR 2.- Ya te digo. Mucha envidia es lo que hay.  Estos fascistas insolidarios se piensan que la Guardia Civil está para proteger sus miserables vidas y haciendas en lugar de para velar por la tranquilidad de las siestas del Vicepresidente y sus novias. No hay cultura democrática.
APLAUDIDOR 1.- Una pena. Bueno, te dejo que ya llego tarde para el Aplauso Solidario de las ocho.

Final del Segundo Acto.

 ACTO TERCERO.

Sala con aspecto de dependencia administrativa. En la pared hay grandes retratos del Político y de Simoncito.
Tras una mesa de oficina está el Policía. A la derecha del escenario hay una puerta.

POLICÍA.- ¡A ver! ¡El siguiente!

Por la puerta de la derecha entra un Aplaudidor.

POLICÍA.- ¿Y usted que quería?
APLAUDIDOR.- Hombre, pues la Paguita Universal ésa.
POLICÍA.- ¿Ha tenido que cerrar usted su negocio?
APLAUDIDOR.- No, yo no tenía negocio realmente, pero…
POLICÍA.- ¿Ha perdido usted su trabajo?
APLAUDIDOR.- ¿Por quién me toma? Yo no he trabajado en mi vida. Soy liberado sindical.
POLICÍA.- Usted perdone. Pues no sé. ¿Le gustan a usted los señores más que las señoras? ¿Su religión le prohíbe comer cerdo? Estoy intentando ayudarle, pero si no me aporta más datos…
APLAUDIDOR.- Le juro por Alá que me tiene usted deslumbrado con esos ojazos, piratón.
POLICÍA.-  Perfecto. Rellene usted este formulario y entréguelo en la ventanilla color arcoiris. Por cierto (guiñando un ojo), el número del dorso es mi móvil. (Elevando el tono)¡El siguiente!

Hace mutis el Aplaudidor y entra Juan Español.

JUAN ESPAÑOL.- Con permiso. Es que me ha llegado esta multa y no sé por qué.

POLICÍA.- Traiga a ver (Coge el papel y lo lee) Vaya. Otro inconsciente. ¿Que no sabe por qué? Pues porque parece que a usted se la suda la obligación de llevar mascarilla. Cuando haya un rebrote le querrán echar la culpa al Gobierno ¿A que sí? Joder, qué tropa.

JUAN ESPAÑOL.- Pe…pero si llevo sin salir de casa en el último mes.

POLICÍA.- Claro. Qué listo. Como no me ven, no cumplo con la ley. Hay que joderse. Menos mal que un ciudadano responsable lo estaba observando con sus prismáticos mientras usted se duchaba sin llevar puesta la mascarilla. Mire, por esta vez lo vamos a dejar en una multa. Pero como siga sin obedecer los preceptos de la Nueva Normalidad, le va a caer un confinamiento preventivo a usted y a su familia que se van a cagar. Venga, circule y vaya a pagar la multa. El siguiente.

TELÓN.


J.L. Antonaya