sábado, 23 de enero de 2021

RECETA PARA HERVIR RANAS Y DOMINAR EL MUNDO


Si queréis hervir viva a una rana no la metáis de golpe en agua hirviendo. La rana saltaría asustada y se escaparía. Para hervir viva a una rana, hay que meterla en una olla con el agua fría. Luego hay que calentar el agua poco a poco.
La rana se irá acostumbrando al agua caliente y no saltará. La rana empezará a considerar normal esa temperatura creciente. Llegará un momento en que empezará a estar incómoda. Pero hasta esa incomodidad le parecerá normal. Y en ese momento en que el agua empieza a quemar, todavía dudará antes de saltar. 
Cuando el agua esté empezando a hervir llegará incluso a dudar de que se está quemando. Hasta que el dolor de la quemadura llegue a ser insoportable. Entonces, la rana intentará saltar de la olla, pero será demasiado tarde. Sus patas, ya cocidas, no le responderán. La rana estará hervida.
Para esclavizar al mundo no se le puede imponer una tiranía de golpe. La gente saltaría si se le dijese que pasear a ciertas horas estará prohibido. O que no podrá desplazarse con libertad por su propio país. Ni tomar una copa con sus amigos. Ni abrir su tienda.  
O que los pequeños negocios familiares serán erradicados porque los oligarcas del Nuevo Orden Mundial sólo quieren grandes empresas de las que dependa todo el mundo. 
O que se prohibirá jugar a los niños en los parques y serán delito los besos y los abrazos porque la élite sólo quiere esclavos tristes, obedientes y asustados. Sobre todo asustados. 
Hay que ir poco a poco. Administrar, mediante terrorismo informativo, grandes dosis de miedo paralizante. Y luego empezar con prohibiciones y ataduras que la gente aceptará convencida de que es por su bien y de que no durarán siempre. 
También la rana pensaba que el agua volvería a enfriarse.

J. L. Antonaya