domingo, 4 de abril de 2021

LOS TELEDIARIOS DEL ODIO


 Los telediarios disimulan cada vez menos su condición de aparato propagandístico. De manera burda y panfletaria adoctrinan sin ningún pudor en el miedo, en el fomento de la delación y en el odio al disidente. 

Si cualquiera de los insultos y descalificaciones que prodigan contra la gente que no lleva bozal se refiriesen a algunos de los colectivos que amenizan nuestra existencia con atracos, reyertas o violaciones, todos los Sanedrines, Inquisiciones y Fiscales de la Correción Política se apresurarían a imputar "delitos de odio" a los redactores de las noticias. 

Para los propagandistas del Régimen covidiano - me niego a llamarlos periodistas- es mucho más preocupante que la gente se tome una copa con sus amigos que cualquiera de los delitos cometidos por los delincuentes importados de Marruecos.

La cada vez más habitual brutalidad policial es presentada como justa y necesaria. Los jóvenes que repelen la violencia de la Policía son criminalizados y estigmatizados como peligrosos terroristas. Personas que aparecen sentadas en terrazas tomando algo son presentadas como  temibles enemigas de la sociedad porque no llevan puesta la mordaza ¡mientras beben!

La idea es que nos vayamos acostumbrando a que nuestro derecho a no ser agredidos por la Policía, a circular libremente por nuestra Patria o a que nuestro domicilio sea inviolable, son cosas del pasado.

Lo peor no es el descaro con el que nos están imponiendo la Dictadura 2030. Lo peor es la complicidad y agrado con la que -con honrosas y escasas excepciones- una sociedad de borregos acepta su condición de prisionera. 

                                                                                                                   J.L. Antonaya