El mundo empezó a irse a la mierda el día en el que a los cocineros les hicieron creer que eran artistas.
El día en el que alguien consideró que "arte" es cualquier extravagancia realizada sin talento por un mercachifle con pretensiones.
El día en que alguna histérica malfollada decidió que la galantería es una agresión machista, el buen gusto una rémora "heteropatriarcal" y la belleza un insulto al "progreso".
El día en el que se empezó a considerar el asesinato de bebés como un derecho de la mujer.
El día en el que convencieron a los europeos de que odiar su Historia, su Raza y su Tradición es algo positivo y plausible.
De que dejarse invadir por hordas africanas y aplaudir la barbarie sarracena es un comportamiento ejemplar.
De que ser lacayos de los norteamericanos es un designio inevitable.
De que la explotación, el liberalismo y la corrupción son males necesarios.
De que la partitocracia corrupta es el menos malo de los sistemas de gobierno.
El día en el que un esclavo rastrero y complaciente decidió salir al balcón a las ocho en punto para aplaudir a sus verdugos y carceleros.
Ese día, los enemigos de los Pueblos y las Patrias, supieron que tendrían impunidad total para implantar su tiranía usurera y sus agendas genocidas.
J. L. Antonaya