martes, 12 de septiembre de 2023

FINIS HISPANIAE

 España, tras siglos de ensayar la mejor manera de suicidarse, parece que ya la encontró. 
España muere por gangrena posmoderna, por septicemia multicultural, por cáncer separatista, por depresión inducida. España muere de asco y de aburrimiento. 
Y lo peor es que el pelotón de soldados de Spengler, el que iba a salvar in extremis la Civilización, hace décadas que pasó a la reserva o fue depurado. 
Y nosotros, los malditos, los disidentes inasequibles al desaliento, seguiremos luchando aunque sepamos que, una vez convertida la Victoria en quimera inalcanzable, nuestra meta es nada más - y nada menos- que la Venganza como homenaje a los camaradas que cayeron.
J. L. Antonaya