Y es que hay demasiados paralelismos entre la situación política de España en 1808 y la actualidad: Una monarquía borbónica inane y vendida a los intereses extranjeros. Una cúpula militar sometida a los dictados de autoridades externas. Un pueblo cada vez más harto de los abusos de un Gobierno incapaz y corrupto. Una avalancha invasora que intenta imponernos sus costumbres ¿Les suena?
Los beneficiarios y palmeros del Régimen del 78 están relativamente tranquilos porque junto a las anteriores similitudes hay una circunstancia que marca la diferencia: El déficit de testiculina de los españoles actuales, incapaces - de momento-- de emular a sus antepasados cuando destripaban mamelucos en la Puerta del Sol. Aunque nunca se sabe.
Feliz Dos de Mayo.
J. L. Antonaya