martes, 13 de agosto de 2024

LAS HIENAS DE LA GUERRA




 A los globalistas les crecen los enanos. Se van acercando las elecciones en USA y resulta que Trump, favorito en las encuestas, dice que como gane va a dejar de apoyar al régimen terrorista de Kiev. Eso puede acabar con el negocio de más de uno. Para colmo, esos chapuzas de las cloacas van y fallan. Un arañazo en la oreja en lugar de un agujero en la frente como estaba previsto. Y ya no hay tiempo de buscar otra colipoterra que salga diciendo que el republicano le tocó el culo o algo.

 Como haya paz en Ucrania, la hegemonía yanqui sobre Europa puede sufrir un revés. Al final, lo del mundo multipolar va a ser verdad y se acaban los diversos chollos y agendas de la rapiña anglosionista. Y hasta ahí podíamos llegar. Ya sólo faltaba que los Estados satélites y caniches sometidos a la OTAN empezaran a plantearse dejar de ser los siervos del capital anglo.

Y en Oriente Medio, igual. Aunque los del pueblo elegido siguen masacrando civiles en Gaza y tocándole las gónadas a Irán , los persas no terminan de responder a la provocación que proporcione el pretexto para liarla parda por allí. 

Y el tiempo va pasando.

Nada. No queda otra que decirle al cómico patético que incremente la tensión un poco más y se meta en territorio ruso. Y que, además, bombardee una central nuclear. A ver si así Rusia, por fin, emplea un arma atómica táctica que sirva como pretexto para liarla del todo. Total, los ucranianos caen como moscas y, ya que van a perder de todos modos, que por lo menos sean útiles. 

A ver si el golpe de Estado del 2014, las masacres de rusoparlantes y los asesinatos que sirvieron para que Rusia organizase la Operación Militar Especial no van a servir para nada. 


                                                                                       J.L. Antonaya