jueves, 26 de junio de 2025

Y DESPUÉS DEL R-78... ¿QUÉ?


Hasta los periodistas-ladilla más apesebrados, las furcias mediáticas más marisabidillas, los todólogos más dúctiles y las tertulias de telebasura más chabacanas empiezan a reconocer, aún a regañadientes, que el Patio de Monipodio que nos impusieron en 1978 con ese gran tocomocho al que llamaron Transición, es un sistema insostenible.

Y no sólo por Pedro Sánchez y su banda de ladrones, puteros y charochonis. Ni por la cara B de la misma mafia globalista pastoreada por Feijóo y sus mariachis . Ni por la falsa izquierda "woke" (Podemos, Sumemos, Trinquemos...). Ni por la verdosa derechita "valiente", folclórica, sionista y chocarrera que cada día da más asco y vergüenza ajena. Ni por las diversas bandas separatistas que llevan décadas convirtiendo en una rentable extorsión su odio a España.

El problema no es que los partidos sean mafias cada vez más obscenas. El problema es que hicieron creer a los españoles que esas bandas de parásitos indeseables llamadas partidos políticos son cauces de representación de la voluntad popular.

El problema no es que tengamos un Jefe de Estado que encajaría mejor en la pista de un circo que en la Jefatura de nuestras Fuerzas Armadas. O que esas Fuerzas Armadas hayan pasado de ser los Ejércitos de España a una oenegé cipaya auxiliar del otanismo.

El problema es que durante décadas han hecho creer a los españoles que esas chabacanerías anacrónicas montadas en torno a la monarquía parlamentaria/parasitaria son manifestaciones de patriotismo.

Las marujas de derechas aplauden en los desfiles y manifestaciones ondeando el escudito borbónico y creen que sus trasnochados vítores al rey, a la Constitución y a la puta que los parió son una muestra de rechazo a la corrupción sistémica. Son la versión duchada y perfumada de las mononeuronales charos de pelo morado que piropean al asaltatumbas monclovita creyendo que así frenan a una fantasmagórica "ultraderecha". Dos manifestaciones del mismo imperio de la braga hooligan que sustenta el sistema "que-todos-los-españoles-nos-hemos-dado".

Y mientras, la casa sin barrer, los jóvenes españoles sin futuro, la morisma subvencionada robando, violando y acaparando ayudas sociales, la banca ganando más pasta que nunca, la Iglesia fomentando la invasión migratoria y mirando hacia otro lado ante las profanaciones de tumbas no vaya a ser que les quiten la subvención. (La única cruz que preocupa a la clerigalla no es la del Valle de los Caídos sino la de la declaración de la renta). Y así todo.

A los pocos españoles que integramos la disidencia política - el mundillo, el búnker, el palo, el área...- nos queda la agridulce satisfacción de poder gritarle en la cara al rebaño políticamente correcto que teníamos razón. Siempre la tuvimos.

Llevábamos razón cuando decíamos que la Constitución de 1978 es una chapuza infame que sólo sirve como pretexto para que las diversas bandas mafiosas (políticas, financieras, masónicas, internacionalistas...) se repartan España como botín.

Vale ¿y ahora qué? Cada vez es más fácil ponerse de acuerdo en reconocer que la partitocracia, las taifas autonómicas, la rapacidad bancaria, la monarquía inane, la corrupción institucional, la prensa pesebrera y el Régimen del 78 en general son una basura hedionda.

Lo complicado es delimitar el régimen que debe sustituir al actual. Lo complicado es no caer en interminables y estériles debates bizantinos sobre purismos ideológicos, estrategias políticas y luchas de egos entre las variopintas cabezas de ratón de un área política atomizada y sin altavoz mediático.

Quizá no sería tan mala idea ir estableciendo unos puntos mínimos innegociables para la consolidación de una alternativa patriota y revolucionaria. A bote pronto se me ocurren unos cuantos:

  • Recuperación de nuestra soberanía económica y militar: Salida inmediata de la OTAN y de la UE.
  • Recuperación de nuestra soberanía energética y, por lo tanto, industrial: Creación de un programa nuclear con la construcción de nuevas centrales y abandono de cualquier agenda internacional basada en el alarmismo climático.
  • Creación de un Servicio Nacional de Crédito que libere a los trabajadores y a los pequeños empresarios del sometimiento a la Usura bancaria.
  • Sustitución de la representación política basada en partidos por una representación orgánica, sindical y municipal.
  • Expulsión inmediata de todos los inmigrantes ilegales y cierre de nuestras fronteras a la inmigración de cualquier procedencia mientras haya un solo español en paro.
  • Creación de una política internacional basada en nuestros intereses en lugar del actual sometimiento al bloque anglosionista. Establecimiento de lazos comerciales con países emergentes como los BRICS para fortalecer un mundo multipolar de naciones soberanas. Ruptura de relaciones diplomáticas con entes sionistas y genocidas. Fortalecimiento de nuestras fronteras, sobre todo con las de nuestro potencial enemigo del sur.
  • Derogación de la monarquía. Proclamación de una República Social y Nacional.
  • Unificación y depuración de la Administración estatal. Sustitución del corrupto y antinacional modelo autonómico por un sistema eficaz, ágil y económico.
  • Etc.

En cualquier singladura, tan importante es saber de dónde queremos partir como definir a dónde queremos llegar.

                                                                                                                        J.L. Antonaya 

lunes, 12 de mayo de 2025

EL FUTURO ERA ESTO

 Creíamos que el futuro iban a ser coches voladores, la gorra de béisbol con colorines de Marty McFly, chicas vestidas con ceñidos monos luminiscentes y bonachones robots con caras simpáticas.

Pero el futuro que nos esperaba eran confinamientos obligatorios, falaces alarmismos climáticos, zombies idiotas con bozal y eutanásicas vacunas asesinas.

Creíamos que el futuro iban a ser chicas guapas, de piernas largas y escotes generosos y elegantes.
Pero el futuro que nos esperaba eran gordas malolientes con burka o con pelo morado y sobacos sin depilar. La charocracia.

Creíamos que el futuro iban a ser ciudades limpias y monorraíles supersónicos.

Pero el futuro que nos esperaba eran peligrosos barrios africanos o andinos trasplantados a las ciudades europeas. Junglas de delincuencia, tercermundismo y suciedad.

Creíamos que el futuro iba a ser una España más industrializada todavía, más pantanos, más autopistas, más cultura.
 
Pero el futuro que nos esperaba era una monarquía bananera, con asesinos etarras sustentando un gobierno de ladrones, traidores, charochonis y progres afeminados.

Creíamos que el futuro iba a consolidar nuestra posición como potencia agrícola y ganadera.

Pero el futuro que nos esperaba era ver nuestro campo arruinado mientras los productos basura de Marruecos inundan nuestros mercados. Era ver olivares arrancados para instalar estúpidas e ineficientes placas solares que sólo benefician a los especuladores y a los mangantes conchabados con los políticos.

Creíamos que el futuro iban a ser jóvenes familias trabajadoras con viviendas y sueldos dignos.
 
Pero lo que nos esperaba eran sueldos de miseria, capitalismo salvaje, infraviviendas y parejas que no pueden permitirse el lujo de tener hijos porque las escasas ayudas sociales son para los extranjeros sin formación que precarizan el mercado laboral.
 
Creíamos que España - el país que más crecía en Europa en los años setenta- iba a consolidarse como potencia.

Pero lo que nos esperaba era el destino que nos reservaron en las covachuelas eurócratas y en los bilderbergs y agendas globalistas: Una colonia subdesarrollada al servicio de las élites financieras.

Un país de putas y camareros ensayando la mejor forma de extinguirse.

J.L. Antonaya

martes, 29 de abril de 2025

APAGONES. MENTIRAS Y RÍOS REVUELTOS

Si respecto a las causas del apagón que hemos sufrido descartamos las hipótesis disparatadas (cambio climático, ovnis, extrema derecha, heteropatriarcado y demás memeces habituales) nos queda un más que probable ciberataque.

Toda la purrela eurócrata intenta vendernos en estos momentos a través de sus innumerables y obedientes furcias mediáticas la idea de que este ciberataque proviene - cómo no- de la malvada Rusia.

Vamos a ver: Si Rusia quisiera hacer algo así, lo más lógico sería que eligiera como blanco a quien le está haciendo la puñeta como Ucrania, Polonia o incluso a los hijos de la Gran Bretaña, que desde el 2014 están echando gasolina al fuego que arrasa el Donbás.

Dudo mucho que el Presidente Putin dedique tiempo y esfuerzo para atacar a una irrelevante monarquía bananera situada en la otra punta de Europa.

Se me ocurren otros artífices más probables y cercanos. Otra monarquía corrupta, por ejemplo, situada al otro lado de nuestra frontera sur y que dedica gran parte de su energía a jodernos la vida invadiéndonos con oleadas de inmigrantes ilegales, inundando nuestros mercados con sus productos agrícolas e incluso reclamando la anexión de algunas de nuestras ciudades.

A propósito del reciente apagón, el CNI ha abierto una investigación. El propio CNI reconoce haber detectado una inusual actividad cibernética procedente del norte de África.Si algo es seguro en todo esto es que nunca sabremos si nuestro adorable vecino del sur está detrás del apagón.

No en vano, la banda de trileros de Ferraz está especializada en sacar tajada de las putadas que nos hacen los mojamés, sean éstas presuntos ciberataques o presuntos atentados en trenes de cercanías.

                                                                                                                      J.L. Antonaya