domingo, 24 de marzo de 2019

EL REGRESO DEL CHEPAS



Como esos viejos toreros que, tiempo después de haberse cortado la coleta, vuelven al ruedo apremiados por las deudas, Pablo Iglesias ha reaparecido tras el retiro en su flamante cortijo. Y ha decepcionado a la afición.
Cuando sus cada vez más escasos incondicionales esperaban una faena espectacular que mereciese una salida a hombros, el diestro de Galapagar se ha limitado a dar unos pases de aliño  que ponen de manifiesto lo limitado de su repertorio y sus carencias técnicas. 
Sus antaño revolucionarios molinetes han sido copiadas por una figura emergente como Pedro Sánchez, el Niño de la Basílica, que, aunque con aires de charlotada, ha sabido cautivar a un público poco exigente pero ávido de pan y circo. 
Pablo Iglesias, ha acusado la ausencia de su antiguo mozo de espadas, Ínigo Errejón, que está ansioso por tomar la alternativa apadrinado por la vetusta ganadera de cabestros, Doña Manolita Carmena.
Silencio y aplausos entre una afición más curiosa que ilusionada. Se ha notado la ausencia de las peñas errejonistas y anticapitalistas en los tendidos de sol. 
Todo hace presagiar para Pablo Iglesias un final de carrera como banderillero o sobresaliente del asaltatumbas monclovita.