A Vox se han acercado dos tipos de "patriotas": los ingenuos y los oportunistas.
Los primeros -quizá por exceso de optimismo o falta de formación política- han querido ver en el partido de Abascal una forma de oposición al frentepopulismo revanchista de la izquierda y el separatismo.
Algunos empiezan a descubrir que Vox no es más que la añagaza del Sistema para perpetuarse a costa incluso de los que están en contra del mismo.
Los segundos han visto una posibilidad de medrar políticamente pero se empiezan a dar cuenta de que un pasado "fascista" es incompatible con las directrices hebraicas de los patrocinadores del invento. Y que, si te vetan, de nada sirven extemporáneas y pretendidamente contemporizadoras declaraciones diciendo que Hitler era malo malísimo y se comía a los niños crudos.
Si alguien todavía cree que la banda prosionista, constitucionalista, monárquica y antisocial es un partido “amigo” debería hacérselo mirar.