viernes, 24 de mayo de 2019

ADÑ. LOS PATRIOTAS QUE NO SE VENDEN.



En el mitin de cierre de campaña de ADÑ se respiraba el ambiente de las grandes ocasiones. Esa ilusión indefinible que, más allá de la aritmética que - si los dioses son propicios- permitirá llevar a un hombre honrado a la cueva de ladrones del Parlamento Europeo, impregna el espíritu de buenos augurios y de la sensación de vivir el principio de una hermosa y dura singladura . 

Se intuye el inicio de una larga batalla contra la mediocridad obligatoria del multiculturalismo y la decadencia degenerada del marxismo cultural. 
Esta noche hemos sido conscientes de defender la última trinchera del patriotismo social. 
Vivimos una hora aciaga en la que asesinos terroristas y escoria separatista se sienta en los escaños del Congreso y la estupidez y la traición se aposentan en la Moncloa dispuestas a vender a precio de saldo la integridad territorial de nuestra Patria. 
Los hombres y mujeres que hoy aplaudíamos a Martín Ynestrillas y que queremos romper las cadenas de la burocracia usurera de la UE somos conscientes de que la alianza para luchar contra el globalismo debe prorrogarse tras el esperpento electoral y constituir el núcleo de la resistencia contra la tiranía políticamente correcta.
Es cierto que, como a veces ocurre en las grandes encrucijadas de la Historia, llegamos a esta batalla en las peores condiciones posibles: silenciados y calumniados por los medios del Régimen, perseguidos por una legislación sectaria, cercados por el revanchismo de memorias histéricas, y con parte de nuestro electorado potencial abducido por verdosas estafas financiadas por el sionismo. 
No importa. 
Estamos acostumbrados a luchar siempre en inferioridad de condiciones. 
Debemos hacer de la necesidad virtud y aprovechar el hecho de que nuestras filas, aunque diezmadas por el chaqueteo y el engaño, están, gracias al trampantojo neoliberal, libres de traidores, oportunistas y arribistas. 
Somos los mejores y no tenemos miedo.