miércoles, 18 de marzo de 2020

EL CORONAVIRUS Y EL POSTUREO ECONÓMICO DE SÁNCHEZ


El cacareado Plan de Contingencia de Sánchez es humo si no está respaldado por la banca.
Los banqueros, esas sanguijuelas que siempre ganan en todas las crisis, dicen que sólo lo respaldarán si el erario público -nuestro dinero- avala los posibles impagos de los créditos a las empresas, es decir, si ellos no pierden.
Pedirle sacrificios a los marrajos de la Usura, es pedir peras al olmo. Sólo la gestión directa de los créditos por parte del Estado, sin someterse a los patrones usurarios de la finanza internacional, podría garantizar que las empresas dañadas por esta crisis salieran a flote.
Pero los políticos preferirán sacrificar a las pymes y a los autónomos antes que molestar mínimamente a los banqueros. Al fin y al cabo, quien paga, manda...
Ya es sabido que el Nuevo Orden Mundial que nos están imponiendo no pretende potenciar precisamente a las pequeñas empresas sino someter el mundo a la oligarquía de las grandes corporaciones. Globalización lo llaman.
Para encontrar un precedente a la hecatombe económica que se avecina habría que remontarse a escenarios postbélicos o a la Gran Depresión de 1929. 
Y en esas circunstancias, la Historia demuestra que las únicas medidas económicas que funcionaron fueron las tomadas por cierto pintor austriaco -devenido en estadista- al que hoy está prohibido nombrar, bajo pena de prisión, salvo para calumniarlo.

J.L. Antonaya