miércoles, 3 de mayo de 2023

CARTA A UN JOVEN PRECARIO.

 

Nadie te llama así, joven español, ya lo sé. Pero es lo que eres, no te hagas líos. Ya sé que te llaman “raider”, “becario”, “fijo discontínuo” o cualquier otro eufemismo inventado para camuflar tu condición de esclavo del capitalismo. Para maquillar tu explotación con un barniz de postureo pijiprogre. Para que asumas con alegría tu precariedad.

Igual que cuando disfrazan de ecologismo y preocupación por “el planeta”-ese nuevo mantra- el hecho de que tengas que desplazarte en una bici o en un ridículo patinete eléctrico. Igual que cuando te engañan haciéndote creer que eres libre porque te dejan elegir entre la coca y la pepsi. Tú ya me entiendes.

Pero no eres libre, precario. Porque la ignorancia siempre, siempre, es esclavitud. Y te han convertido en un ignorante. Sí, ya sé que tus padres se dejaron la piel para que hicieras un máster. Aquel máster que te iba a abrir tantas puertas…Desengáñate: Esos jóvenes “emprendedores” que dan lecciones para triunfar desde sus modernas oficinas de diseño pagadas por sus adinerados papás, sólo te venden humo.

Esos charlatanes dos-punto-cero, con su media lengua plagada de anglicismos, con su santurronería políticamente correctísima – empiezan todos sus cursos y charlas diciendo “todos y todas”, qué buen rollo -, sólo te venden mierda envuelta en oropel. Son como escritores de libros de autoayuda, trileros del Rastro o vendedores de crecepelo pero sabiendo pronunciar “training” “briefing” o “start-up” con acento de Silicon Valley. Un puto timo.

Tengo una mala noticia para ti, precario: Eres un inculto. Y no es culpa tuya. Los mismos que te convencen para que trabajes a cambio de un sueldo de mierda, son los que te adiestraron para que desde pequeño supieras manejar una videoconsola pero jamás te acercases a un libro. Los que te dieron a entender que la Historia es lo que sale en las series de Netflix. -María Estuardo era negra, es decir, o sea, afroamericana igual que Julio César-.  Que el Cine es una peli cutre subvencionada por el Ministerio de Cultura. Que la Escultura es una escobilla de váter expuesta en ARCO o una viga retorcida en una rotonda. Que la Poesía son los cansinos rebuznos de un rapero. Que la Tauromaquia- oh cielos, que horror- no es un Arte y un rito de raíces milenarias sino que se trata de -oh, parfavar- maltrato animal. Que los Expertos, así con mayúscula, son esos afeminados que salen en las tertulias sentando cátedra sobre cualquier cosa irrelevante.

Y tengo otra noticia mucho peor: Nadie te va a sacar las castañas del fuego. Ya te has dado cuenta de que los partidos políticos son unas bandas mafiosas cuyo principal objetivo es forrarse, colocar a los amiguetes y vivir como arzobispos del cuento. - No es magia, son tus impuestos-.  

Ya te has dado cuenta de que a los mal llamados sindicatos -los cocougeteros de subvención, coche oficial y sueldazo de liberados- les importas una mierda. Que, aunque un día al año salgan a la calle a vociferar un poco, no dejan de ser las marionetas de la patronal para tenerte tranquilo y que te comas la precarización -tu precarización- sin que te alborotes. Para que no eches cuentas y compares lo que el Estado paga para el mantenimiento de un delincuente juvenil importado de Marruecos - los niños de la Carmena, pobrecitos- con lo que te pagará a ti cuando te quedes en el paro.

Ya te has dado cuenta de que para el Gobierno, la Oposición y demás figurantes de la farsa, es más importante subvencionar el falso victimismo de minorías marginales (pobres desquiciados que se sienten mujeres aunque tengan más rabo que la Pantera Rosa, feministas psicópatas que abogan por el exterminio de todos los varones…) que tus problemas para llegar a final de mes, que las listas de espera interminables en los hospitales, que el indecente aumento de la cesta de la compra, o que la seguridad en nuestros  barrios, convertidos en feudos de bandas juveniles hispanoamericanas ( ellos dicen “latinas”) o moras  (ellos dicen “magrebíes”).

Ninguno de esas esperpénticas burocracias que los cursis llaman “Estado de Derecho” va a mover un dedo por ti. Hubo un poeta que dijo: “Esclavo es el que espera que otro venga a liberarlo”.

 Se llamaba Ezra Pound. También dijo que la Usura (ellos lo llaman “instituciones bancarias”) es el cáncer del mundo. Lo encarcelaron y torturaron. Pero nunca se doblegó.

Ese poeta, como muchos hombres de su generación, creyó que era posible una Europa mejor. Justa, grande, libre de banqueros. Y lo fue durante un tiempo.

A lo mejor, precario, es hora de que empieces a descubrir por ti mismo por qué los malos de las películas son siempre los nazis, los fascistas o, en el cine español, los falangistas.

 De que te quites las anteojeras de la ignorancia que te han impuesto, de que abandones tu gregarismo políticamente correcto y de que descubras que es posible una sociedad en la que un trabajador puede mantener con su sueldo a una familia.  

Un Estado que, en lugar de ser un títere de entidades supranacionales y un nido de corruptelas al servicio de la Banca, sea el garante de tu soberanía, tu identidad y tu dignidad.  

Lee e investiga, precario. Organízate. Y lucha.

 

J.L. Antonaya