lunes, 8 de mayo de 2023

EL GRAN PRETEXTO

 

Cada vez se cortan menos con su geoingeniería para ahuyentar las nubes. Le echan la culpa al "cambio climático" como antes se la echaron a murciélagos y pangolines.

El objetivo de ambas operaciones de ingeniería social es el mismo: que traguemos con algo que, en circunstancias normales jamás consentiríamos. En un caso, la inoculación masiva de extrañas y letales sustancias. En el otro, la inminente privatización del agua y su comercialización por alguna multinacional que monten los fondos buitre.

La sociedad posmoderna - gregaria, estúpida, cobarde y desarraigada - aceptará dócilmente cualquier medida tiránica si el pretexto es "salvar el planeta" igual que aceptó sin rechistar el gerontocidio provocado por los criminales protocolos plandémicos, el confinamiento obligatorio o el infame bozal.

 Lo malo no es que estaremos obligados a comer insectos, a vivir en cárceles "de quince minutos" y a padecer un control total (nada de coche, nada de dinero en efectivo, nada de libertad...) Lo malo son los imbéciles que aplaudirán como focas amaestradas y estarán felices de ser tan "ecosostenibles", tan "inclusivos" y tan gilipollas.

                                                                                          J.L. Antonaya