miércoles, 1 de noviembre de 2023

AUNQUE OS CUESTE CREERLO...

 


Vosotros sois muy jóvenes y no os lo vais a creer, pero hubo un tiempo en el que el Ejército Español no era una oenegé cipaya al servicio del Globalismo y de quien lo trujo. 

Era un tiempo en el que los cuarteles no eran albergues para subsaharianos negros de color importados por los beneficiarios innombrables de siniestras agendas de sustitución étnica. 

Tampoco llevaban el botijo a los marines de Wall Street en sus guerras de depredación. 

Aunque os cueste creerlo, nuestros soldados, muchas veces mal equipados, mantuvieron a raya a los enemigos de España en todo el orbe. 

Ya sé que es difícil de creer, pero os juro que hubo una época en la que los reyes de España no eran unos bufones de opereta sometidos a multicolores y siniestras agendas. 

Os doy mi palabra de que hubo un tiempo en que los generales españoles no eran burócratas cortesanos de los que miran para otro lado ante el separatismo y sólo se acuerdan de la Patria cuando se jubilan.

Nuestros ancestros vieron e hicieron cosas que vosotros no creeríais. 

Vieron a D. Blas de Lezo, con poco más de 3.000 hombres y seis barcos, derrotar a un ejército de 36.000 hijos de la Gran Bretaña armados con 3.000 piezas de artillería. 

Vieron a D. Álvaro de Bazán conquistar ciudades, hundir barcos enemigos, derrotar a maestres de campo franceses, mariscales portugueses, piratas ingleses y marinos turcos, apresar galeazas moriscas y tomar decenas de fuertes y castillos. Sin sufrir ni una sola derrota.

Vieron a D. José Millán Astray combatir en Filipinas, fundar la Legión y perder media anatomía luchando por España contra la morisma. 

Vieron a García Morato y su escuadrilla derribar innumerables cazas soviéticos.

Vieron al Coronel Moscardó resistiendo en el Alcázar de Toledo el asedio más terrorífico de la Guerra Civil y a otro Coronel, Aranda, defender Oviedo contra fuerzas frentepopulistas muy superiores en número y medios.

Vieron a la Blau detener en Krasny Bor con fuego de fusilería a carros de combate y tropas soviéticas  que los superaban a razón de diez a uno. 

Vieron a la Legión Paracaidista combatir y vencer en Ifni-Sáhara al Ejército de Marruecos disfrazado.

Todos esos momentos se perderán - ya se han perdido- como lágrimas en la lluvia o como pedos de dromedario en una tormenta de arena.


J.L. Antonaya