sábado, 19 de abril de 2025

MULTAS, MENTIRAS Y PUBLIRREPORTAJES

 Se cachondean de nosotros. En la última campaña de la DGT, tienen los santos huevos de intentar hacernos creer que lo que motiva a los picoletos que nos acechan en las carreteras no es cubrir su cupo de multas. No, qué va. En realidad lo hacen porque nos quieren mucho y se preocupan una barbaridad por nuestra seguridad. La voz en off del último anuncio de la tele dice algo así como "¿Vigilar? ¿Sancionar? No, hombre no. No seáis malpensaos. Si os multamos es por vuestro bien."

Viendo esta desfachatez casi prefiero la anterior línea de marketing de los recaudadores del Tráfico con aquellos macabros anuncios que nos intentaban acojonar mostrando accidentes y cadáveres.

Ahora da la sensación de que nos consideran tan imbéciles que ni merece la pena asustarnos y que hasta nos pueden vacilar al desplumarnos.

Y es que esto de utilizar la mentira descarada y flagrante como arma de propaganda es la especialidad de los políticos de nuestra inefable partitocracia. Y da igual que se trate de la banda de puteros y chonis de Sánchez que del malévolo cotolengo de Feijóo.

El últimos ejemplo de manipulación mediática y de un cinismo que sobrepasa los límites de la hijoputez, ha sido una "noticia" de Telemadrid ante el innegable aumento de la delincuencia en España. Y es que nos dan el "perfil" del delincuente juvenil que, naturalmente, no viene en patera ni es africano, sino que es un chaval español.

Da igual que sólo haya que salir a la calle o ver las cada vez más escondidas estadísticas sobre el origen de los delincuentes. Los de Telemadrid dicen que el peligro no son las bandas de extranjeros que diariamente atracan, violan y agreden a los españoles, sino unos fantasmagóricos "chavales de rasgos españoles".

Claro que, teniendo en cuenta que aquí regalamos la nacionalidad a cualquier espécimen con una facilidad pasmosa, lo mismo lo que entienden los propagandistas de Telemadrid por "rasgos españoles" es un careto más bien marrón o negro zaíno.

Ojalá que el diseñador de la indecente campaña de blanqueo de la delincuencia extranjera pueda comprobar pronto lo inofensivas que son sus queridas bandas de "niños" magrebíes y subsaharianos cuando, rodeándolo, le pidan "un segarro, amego".

Y al que ha puesto voz al anuncio multero, que le hagan fotos todos los radares de las carreteras por las que circule. Es por su bien.

                                                                                                                             J.L. Antonaya